Puede que muchas personas las den por descontadas y obvias, pero el papel de las comidas durante las celebraciones navideñas tiene un porqué bastante significativo, o varios, para ser justos.
Actualmente, muchos sitios en internet van colocando contenido de calidad acerca de las recetas Navidad ideales para cada situación, para las familias, para parejas solas, para presupuestos de todo alcance y basándose en los gustos y hasta en las creencias de cada uno.
Sin embargo, remontando un poco hacia atrás en el tiempo, es interesante conocer las razones de que la comida en la Navidad sea tan importante y cómo dicha importancia ha seguido avivando el papel central de la mesa y de las recetas durante las festividades del final del año.
¿Por qué la comida es fundamental en la Navidad?
La Navidad es una época del año marcada por el encuentro de las familias y los amigos. Es el momento del año en el que muchos aprovechan para verse después de tanto tiempo, para hacer un balance general de lo que ha sido el año, y por qué no, el momento de plantearse los objetivos y retos para el año siguiente.
Sin embargo, también es una época donde se come y se come muy bien. Un mes, diciembre, en el que las recetas, las carnes, las bebidas y la creatividad tienen su punto más álgido y hay muchas razones que lo explican.
La primera es la tradición. Ya desde la Edad Media, en Europa las familias acostumbraban a agradecer por la bonanza y la salud a final del año. Y lo hacían, claro, con una festividad en la que la comida era la protagonista. Las familias adineradas, los clanes poderosos, organizaban cenas fastuosas como una forma de mostrar poder y respeto para con sus semejantes.
Reencuentro de la familia. La cena familiar no suele darse como algo tan habitual en la actualidad. La familia patriarcal ha sido sustituida por cuestiones productivas, por responsabilidades, por ideas de independencia bien justificadas. Por eso, en diciembre es un buen momento para que la familia pueda reencontrarse, así como también los amigos. Nada mejor que agradecer dicha posibilidad con una cena, con recetas típicas, bebidas y mucha alegría.
Recetas que son infaltables
Hablar de recetas navideñas es imposible sin hacer distinción de países e incluso de regiones dentro de un mismo país. Y es que la influencia de la gastronomía de cada nación, de sus costumbres, de la religión y hasta de la agricultura de cada sociedad ha servido para configurar tradiciones culinarias en Navidad que se mantienen vigentes hasta la actualidad.
Por ejemplo, en México y Estados Unidos es común ver el pavo horneado como un plato típico navideño. Sin embargo, si se va hasta Latinoamérica, mientras algunos países siguen manteniendo la tradición del pavo, en otros las bebidas típicas son las protagonistas absolutas, como el ponche en los países andinos.
En España ocurre igual. En las islas y en regiones como Cataluña algunos platos navideños pueden incluir los calamares rellenos como una obligatoriedad para dar sabor y color a cualquier mesa que se precie de celebrar el fin de año; mientras que en regiones como Segovia, Ávila o Castilla-La Mancha, el cerdo y el cordero son los verdaderos protagonistas de la celebración, preparados a la leña, asados o al horno.
Celebrar y agradecer
De eso se trata finalmente. Y la sociedad, incluso desde la Edad Media, siempre se ha acostumbrado a celebrar y a agradecer con un banquete, con una gran cena con los amigos, familiares y todos los que hacen posible que dicha celebración o agradecimiento se lleve a cabo.
Para la Navidad, una fecha en la que se cierran ciclos, en la que las personas se permiten reflexionar, empezar de nuevo, configurar nuevos objetivos o visualizar nuevos horizontes, la celebración y el agradecimiento están presentes, y por tanto, también las recetas navideñas.