Decorar de forma original requiere coraje: es necesario animarse a combinar colores, formas o incluso arriesgarse con la compra de arte. Aquí algunos consejos para dar el salto a la originalidad sin poner en juego una inversión elevada.
Una iluminación que se destaque
La iluminación no es algo menor a la hora de decorar. Con la luz es fácil crear ambientes y separar lugares de trabajo con lugares de ocio dentro de la casa.
Por ejemplo, un aplique puede crear un punto focal sobre un cuadro o una escultura y una tira de led colocada debajo de una biblioteca puede lograr un ambiente chill para descansar después de una larga semana de trabajo.
Cuando se trata de decorar con originalidad, una lámpara de diseñador ayuda a crear un centro focal encima de la mesa de un comedor. Un buen ejemplo son las lámparas Kartell de techo, que tienen formas que combinan elegancia y modernidad.
Usar los colores para renovar los espacios
Decorar con color es animarse a salir de la neutralidad, literalmente, es alejarse de los colores neutros para darle vida a los espacios. En definitiva, una decoración colorida es un manifiesto en contra del aburrimiento.
Además, el color puede ser la puerta a una vida más feliz. Un estudio de la Universidad de Georgia hizo una clasificación de los colores que producen mayor felicidad al verlos. El verde quedó en primer lugar. En segundo puesto quedó el amarillo, seguido por el azul, el naranja, el rojo, el violeta, el blanco, el negro y por último el gris. Puedes tener en cuenta este ranking a la hora de elegir los colores de tus estancias.
En resumen, los colores neutros, si bien son necesarios para contrastar, no aportan demasiado a la alegría del hogar. Por eso, animarse al color es clave. Esto se puede lograr más allá de los colores de las paredes: combina textiles, cuadros y alfombras para tener un espacio animado y colorido.
Invertir en obras de arte
Estarás pensando que es un consejo exclusivo para snobs, pero la realidad es que las obras de arte no están destinadas únicamente a los museos o las casas de ricos y famosos.
En cualquier ciudad mediana puedes encontrar mercadillos de artistas locales que venden obras como pinturas o esculturas muy originales a precios accesibles para un bolsillo medio. Algunos incluso permiten el “alquiler”: el cliente se lleva la obra a su casa a cambio de una seña. De esta forma se permite probar cómo queda en su salón antes de hacer la compra.
Permítete elegir algo que te guste para tu salón más allá de su precio de reventa. Si en unos años tu artista local se convierte en el próximo Picasso, bien; sino, también.