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viernes, 22 septiembre, 2023

El programador que rastrea el jet privado de Elon Musk teme ahora que Twitter le suprima la cuenta

En un planeta donde reina la tecnología, donde todo es rastreable y deja una huella digital, el programador informático Jack Sweeney tuvo una idea: ‘trackear el jet privado del magnate tecnológico Elon Musk. Después, fue más allá: en el primer mes del verano de dos mil veinte creó la cuenta de Twitter @ElonJet y desde ese momento publica todos y cada uno de los viajes que efectúa el autor de Tesla. El empresario ha pedido múltiples veces a Sweeney, que tiene diecinueve años, que no publique esa información por «seguridad». Aun le llegó a ofrecer dinero a fin de que cesase su actividad, sin éxito. Ahora que la directiva de Twitter y Musk han acordado la adquisición de la plataforma por cuarenta y uno.000 millones de euros, el programador se teme que le cierren la cuenta, que cuenta con cuatrocientos veintiocho mil quinientos mil seguidores.

Automatización de datos públicos

Múltiples webs notifican de todos y cada uno de los vuelos que se generan en el planeta, sean de compañías aéreas comerciales como de aeronaves privadas. Es más, es información pública. Mas Sweeney logra la información usando datos ADS-B públicos. Esto es, consulta el sistema de vigilancia con el que las aeronaves pueden trasmitir activamente sus situaciones basadas en GPS. Específicamente, lo hace mediante ADS-B Exchange, la fuente más grande del planeta de datos de vuelos abiertos, desbloqueados y sin filtrar.

Además de esto, como buen programador que es, extrae la información de forma automatizada y publica la publica en Twitter mediante un bot.

El jet de Musk viajó por Texas este miércoles

La cuenta publica todos y cada uno de los movimientos que efectúa el aeroplano privado de Musk. En verdad, se desplaza prácticamente diariamente. En este sentido, el último viaje del jet privado de Musk fue este miércoles. Concretamente, despegó de Brownsville, en Texas, y aterrizó cuarenta y uno minutos después en Austin, la capital del estado sureño.

Musk tiene bloqueado a Sweeney

A pesar de que los datos son públicos, Musk se incordió con la información de la cuenta @ElonJet. «¿Podrías quitar esto? Es un peligro de seguridad», le escribió por privado el empresario, como notificó el programador mediante su cuenta personal (@JxckSweeney) en otoño del dos mil veintiuno.

Ante su negativa, el magnate le ofreció cinco mil dólares americanos (cuatro mil setecientos cincuenta y ocho euros) a fin de que cesase su actividad. No lo logró, al contrario: se encontró con la contestación «no es suficiente» y con una contraoferta de cincuenta dólares estadounidenses (cuarenta y siete mil quinientos noventa euros) para ceder a su solicitud, notificó la web ‘Protocol’ el mes pasado de enero.

Conforme este medio, el programador esgrimió un motivo a la copiosa cifra: «Sería un enorme apoyo en la universidad y probablemente me dejaría adquirir un vehículo», habría dicho. La reacción del autor de Tesla fue instantánea: «lo voy a pensar», le respondió, a la vez que bloqueó la cuenta de Sweeney (@JxckSweeney), que tiene ciento veintisiete con seis mil seguidores.

Inconveniente de libertad de expresión

No es nuevo que el empresario tiene un inconveniente con la libertad de expresión en Twitter. Con la adquisición ya hecha, ha prometido que la red social se limitará a censurar solo lo que es ilegal. Esto preocupa en E.U., ya que un cambio de rumbo podría abrir la puerta a la desinformación y al odio, como a la vuelta del expresidente Donald Trump, que fue vetado de la plataforma tras el ataque al Capitolio, en el primer mes del año de dos mil veintiuno.

Por eso, Sweeney ha publicado en Twitter: «Su reciente tuit semeja hacer que parezca que me quedo, mas si considera @ElonJet un peligro de seguridad en vez de una crítica, entonces seguramente me vaya», afirma, en referencia a que su cuenta sea suprimida.

El programador huele el dinero y busca un pacto

En este sentido, y a sabiendas de que Musk prosigue teniendo la cartera bien llena a pesar de abonar cincuenta y cuatro con veinte dólares estadounidenses por cada acción de Twitter, Sweeney ha propuesto en público al magnate llegar a un pacto económico. Interpelándolo de manera directa, a pesar de estar bloqueado, el programador le afirma que «las negociaciones no deben acabar, solo envíame un mensaje privado otra vez. Aún estoy presto a suprimirlo si hallamos algo».

Si alcanzan un acuerdo, sea por cinco mil dólares estadounidenses o cincuenta, o cualquier otra cifra astronómica con las que se mueve el autor de Tesla, Sweeney no piensa dejar de publicar los vuelos del jet privado del magnate. Le supriman la cuenta o se vaya de manera voluntaria, el programador avisa: «Mi seguimiento asimismo está en mi servidor de Discord, ¡y pronto publicaré un canal de Telegram para @ElonJet».

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