Cuando se tienen hijos, es prioritario volcarse al máximo en todo aquello que vaya a repercutir positivamente en su trayectoria académica. Sus años de educación representan la fase más relevante en términos de desarrollo personal y formativo. Por este motivo, te animamos a que busques oportunidades que les puedan servir para avanzar en la dirección adecuada y sacar a flote todo su potencial. Momento en el que enviarlos a estudiar un curso a otro país resulta altamente satisfactorio. Tanto es así que te dejamos 5 razones por las que deberías valorar en detalle esta posibilidad.
Haz que aprenda inglés como toca
El inglés se ha convertido en la lengua más universal de todas, considerada como una herramienta básica en la comunicación global. Si envías a tus hijos a hacer un curso escolar en el extranjero, el grado de inmersión lingüística al que se van a someter será incontestable. Un acto de responsabilidad académica en aras de conseguir que se desenvuelven a la perfección con este idioma.
Este tipo de cursos en el extranjero se suelen realizar en países tales como Estados Unidos, Canadá o, más cerca, Irlanda. Allí se relacionarán con personas de habla inglesa y las asignaturas las realizarán en este mismo idioma. Por lo que, cuando vuelvan, su nivel de inglés se habrá multiplicado tanto a nivel escrito como al hablado.
La importancia de conocer otras culturas
Los años de colegio no solo representan la fase por la cual los jóvenes desarrollan sus competencias académicas. También es un momento clave para forjar la persona que van a ser en un futuro y, en este sentido, conocer otras culturas resulta fundamental.
Salir del círculo de confort equivale a ampliar los horizontes y las expectativas que se puedan tener de la vida. Una manera de percatarse de la amplitud y de la diversidad que emana el planeta. Estos valores son especialmente relevantes para que se conviertan en individuos cultos y con ganas de aportar su grano de arena al mundo.
Un desarrollo también en lo personal
La juventud es una época de cambios constantes que ponen el foco en que el niño o adolescente madure. No obstante, bajo la protección absoluta de los padres, esto resulta un proceso lento y complicado. En su lugar, si los mandas un año al extranjero, vivirán sus primeros meses de independencia fuera del hogar.
Su cambio en lo personal es considerable, obteniendo habilidades como la adaptación a otros entornos, la responsabilidad en su rutina o la capacidad de superar nuevos retos. Una serie de ventajas para su futuro que le harán “crecer” lo antes posible.
Recuerdos que no se olvidan
Como padres, el bienestar emocional de los niños es toda una prioridad. Es decir, estamos continuamente buscando la manera de velar por su felicidad y hacer que su infancia sea una época memorable. Momento en el que esta experiencia tiene mucho que decir.
Allí harán nuevos amigos, disfrutarán de unos meses increíbles y, en definitiva, harán que el curso perdure para siempre en sus recuerdos. Por lo que, más allá de los beneficios para su desarrollo, conviene destacar que esta aventura incentiva en gran medida sus índices de bienestar emocional.
Servicios de calidad en las mejores empresas
No nos queremos despedir sin antes darte una de las razones más de peso por las que enviar a los hijos a hacer un curso escolar extranjero: hay muchas empresas especializadas en esta materia. De la mano de dichas agencias, todos los procesos relativos a la matriculación o incluso su disfrute en el lugar de destino quedarán sujetos al mayor grado de excelencia.Estas compañías se encargan de mejorar la adaptación de los jóvenes al nuevo país, tanto en lo lingüístico como en lo académico. Con un tutor personal, los hijos estarán acompañados continuamente. Así que, dado que ahora puedes delegar esta función académica en expertos, carece de sentido que no inviertas en algo tan positivo para tus pequeños.