Llega el verano y con él el tiempo de la diversión, de los baños en playas y piscinas, de juegos y prácticas deportivas en entornos acuáticos. Esto implica un aumento en el riesgo de accidentes que hay que saber prever o actuar, si fuera necesario, para formar parte de la ayuda o solución. Y es que formarse en socorrismo o en primeros auxilios no solo representa una excelente oportunidad laboral, sino un valor social y humano de gran importancia.
En cualquier caso, el socorrista profesional que ocupa un puesto en la seguridad de bañistas en zonas naturales, como playas, ríos o lagos, así como en piscinas, tiene una alta demanda y con seguridad en los meses de verano tendrá un puesto de trabajo asegurado. No obstante, su empleabilidad se puede alargar durante el resto del año.
El puesto de socorrista
El socorrista deberá poseer amplios conocimientos relacionados con la prevención, la vigilancia y el rescate de los bañistas, pero también acerca del material sanitario necesario y las normas de convivencia y seguridad que deben regir en las zonas de baño. De este modo, evitará en la medida de lo posible los accidentes y, si fuera necesario, rescatará a un bañista, salvará a un ahogado o actuará en la atención de una emergencia.
El puesto de socorrista requiere un alto grado de responsabilidad, lejos debe quedar el concepto de jóvenes en un trabajo de verano. Para ocupar este puesto se hace necesaria una certificación legal, que demuestre su formación específica, ya que de su actuación puede llegar a depender la vida de alguna persona.
Formación de un socorrista
Un buen socorrista debe estar formado con cursos básicos y específicos de socorrismo con los que poder realizar distintos procedimientos dentro de su ámbito de actuación. Cuanta más formación posea, más solicitado estará para cubrir este puesto, más protegidas estarán las personas que utilicen un espacio natural o una instalación particular y más seguro se sentirá el propio socorrista para actuar en los momentos que sean oportunos.
Estas son las condiciones mínimas impuestas en la formación de cualquier socorrista.
Conocimientos en primeros auxilios y actuaciones específicas
Tanto la formación teórica como práctica deben formar parte de los conocimientos de estos profesionales. Las maniobras de primeros auxilios son fundamentales, por lo que deben ejecutarlas a la perfección. Deben saber realizar pequeñas curas, como las producidas por arañazos, o atender dislocaciones… pero, también, actuar correctamente en un caso de shock anafiláctico.
Las actuaciones de un socorrista más habituales son las de RCP o reanimación cardiopulmonar, PCR o paradas cardiorrespiratorias y la maniobra de Hemilich, con la que se logra quitar la obstrucción que pudieran tener las vías respiratorias en los casos de atragantamiento.
La ley obliga a realizar cursos donde se lleven a cabo prácticas con un muñeco rcp con cursos específicos, así como otros en los que se enseñe a utilizar correctamente un DESA o Desfibrilador Externo Semiautomático.
Un socorrista debe contar con formación homologada específica, como cualquier personal no medico acreditado.
Acreditación homologada por la realización de formación en socorrismo específica
Es imprescindible, para acceder a un puesto de trabajo de socorrista, que todos los cursos y demás capacitación y formación específica que realice tenga la debida homologación.
En este sentido, es muy importante que el aspirante a socorrista sepa elegir el lugar donde vaya a formarse, que tenga en cuenta la calidad del profesorado y reciba la mejor educación en primeros auxilios, RCP y DESA. Así mismo, deberá recibir formación actualizada de los aspectos legales de su oficio, preferiblemente impartidos por abogados especializados en el sector.