¿Alguna vez has estado viendo la tele y te han dicho aquello de: “¡Baja el volumen!”? A los más jóvenes les gusta estar con la televisión o la música alta porque les parece más emocionante. Pero no son conscientes de que están poniendo en riesgo su salud auditiva. Por lo general, la mayoría asociamos el estar sordo a una cuestión de edad. Pero esto no es así.
De hecho, la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que casi 1.100 millones de personas de 12 a 35 años de edad están en riesgo de padecer pérdida de audición. Esto es debido a las prácticas habituales e inseguras de escucha. Principalmente, por escuchar con frecuencia los dispositivos móviles y auriculares a un gran volumen.
Cómo se produce la pérdida de audición
Efeta es una clínica Auditiva cordobesa, buscan aconsejarte a cuidar y mejorar tu salud auditiva. Muchas veces la prevención es uno de los mejores remedios para evitar esa degeneración auditiva. Por eso, a continuación vamos ver cómo se produce esa pérdida de audición para evitar exponernos a esas situaciones.dad. ¿Sabes cómo se producen?
- Oído interno dañado. La exposición al ruido y el envejecimiento pueden provocar el desgaste o desaparición de los vellos o de las neuronas que envían las señales del sonido a nuestro cerebro. Esto hace que las señales o impulsos eléctricos no se transmitan de manera eficaz y como consecuencia se produce una pérdida de audición. Los tonos más agudos suelen amortiguarse, lo que dificulta reconocer las palabras, sobre todo, cuando existe ruido de fondo.
- Acumulación de cerumen. Las ondas sonoras pueden topar con un bloqueo de cerumen que impide su paso por el canal auditivo. Normalmente con la eliminación de este cerumen vuelve a recuperarse la audición.
- Infecciones en el oído, bultos normales o tumor óseo.
- Membrana del tímpano perforada (tímpano roto). Los ruidos muy fuertes, como estallidos; cambios de presión repentinos, introducir un objeto con punta en el oído o una infección puede causar que el tímpano sufra alguna perforación y esta afecte a la audición.
Causas de la pérdida de audición
Desde pequeños nuestras madres nos reñían por escuchar la música alta con los cascos puestos. Esto, a la larga, puede ser un motivo de la pérdida de oído o, incluso, sordera. Pero existen otros factores a tener en cuenta:
- Predisposición genética, es decir, que contemos con antecedentes familiares. El factor hereditario puede hacernos más vulnerables a los ruidos o al desgaste de la estructura de nuestro oído.
- Como consecuencia de una enfermedad (infección de oído o meningitis). Las enfermedades que provocan fiebre alta pueden dañar la cóclea.
- Un trauma. Un golpe fuerte en la zona del oído también puede provocar la pérdida de audición.
- Medicamentos. Ciertos fármacos pueden tener como efecto secundario el daño a nuestro oído. Algunos de estos son el antibiótico gentamicina, la viagra y algunos medicamentos de quimioterapia por citar algunos. Otros como la aspirina y ciertos analgésicos en altas dosis pueden provocar zumbidos en el oído o pérdida de audición, aunque de manera temporal.
- Exposición prolongada a ruidos fuertes. Aquí destacan los ruidos laborales y ciertas actividades recreativas. En algunos empleos, el ruido fuerte es compañero en la tarea diaria que se desarrolla, como sucede en una fábrica o en la construcción, por ejemplo. En cuanto a los actividades, estamos haciendo referencia a aquellas en las que se utilizan de armas de fuego, motos o escuchar música.
- Edad. Con el paso de los años, la estructura del oído se va degenerando.
Por norma general, el envejecimiento y la exposición durante mucho tiempo a ruidos contribuyen a esa pérdida de oído. En ciertos casos, el médico o el especialista en audición puede tomar algunas medidas para que puedas oír de nuevo.
Síntomas
¿Podemos prevenir la pérdida de la audición? La mayoría de las veces la propia persona no se da cuenta, pero sí los de su entorno. Existen unos signos o síntomas que nos pueden dar pistas de que algo está fallando en su sistema auditivo.
- Sube demasiado el volumen de la televisión o de la radio.
- No participa en conversaciones.
- Evita acudir a ciertos entornos sociales.
- Tiene dificultad para comprender palabras, sobre todo, si hay ruido de fondo.
- Suele solicitar a los demás que le hablen más lento, más claro o más alto.
Para estar más seguro de que tus oídos reciben la atención adecuada, te recomendamos visitar nuestro centro auditivo. Recuerda, más vale prevenir que curar. ¿Agendamos tu visita?