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sábado, 30 septiembre, 2023

Vítor, el fugitivo de veintiuno años al que se procuraba por el rapto y el hurto de más de doscientos euros a una joyera de Valdepeñas

«No lo sabía, me alegra saberlo», responde Perla cuando recibe la llamada telefónica de ABC. Victoriano, conocido como Vítor, lleva múltiples días durmiendo en cárcel desde el momento en que la Policía Nacional lo detuvo por sorpresa en un súper de Argamasilla de Calatrava (Urbe Real) la mañana del dieciocho de noviembre, tras un intento frustrado por familiares y amigos en Puertollano el día precedente. Era un fugitivo al que le constaban 4 requisitorias judiciales, si bien una tenía más relevancia que las otras. Sobre Vítor, de España de veintiuno años y una extensa carrera como criminal a pesar de su juventud, pesaba una orden judicial de busca, atrapa e ingreso en cárcel desde primavera por el incumplimiento de una sentencia dictada hace algo más de un año, en el mes de octubre de dos mil veintiuno. Está condenado a 7 años y medio de prisión por el rapto exprés de Perla, una joyera de Valdepeñas a la que asimismo birló más de doscientos euros de su establecimiento de ‘Compro oro’ así como 3 cómplices la mañana del tres de agosto de dos mil veinte. En el juicio, festejado en el mes de septiembre de dos mil veintiuno, Vítor negó su participación, mas el tribunal considera probado en su sentencia que este joven conducía el turismo de Perla en el que 4 individuos, dos de ellos menores, la secuestraron un poco antes de las diez de la mañana. Fue atada en los asientos traseros y conminada en el cuello con dos cuchillos de enormes dimensiones. Le afirmaron asimismo que su marido y su hija, menor entonces, estaban secuestrados. Mas era un farol. La escena ocurría mientras que uno de los asaltantes, que en el juicio reconoció los hechos, la amenazaba en el vehículo a darles las llaves y la clave para desactivar la alarma: «Nos vas a dar la clave de acceso de la tienda y, como te confundas, vamos a comenzar a matar a tu hija entonces a tu marido y vas a ser la última», recordaba la víctima en una entrevista con ABC en el mes de enero de dos mil veintiuno. Por último, los criminales entraron en el local, se apropiaron de diecisiete.000 euros en metálico y joyas valoradas en doscientos cinco mil euros. Mas no soltaron a Perla, a la que liberaron unas dos horas y media después en un polígono industrial cerca de Carrión de Calatrava, a sesenta quilómetros de Valdepeñas. «Vamos a bajar a esta señora, que se ha portado muy bien», vino a decir Vítor, que era el conductor. Para entonces, uno de sus compinches, Rachid -asimismo condenado por estos hechos-, había grabado un vídeo, que entonces llegó a manos de la Policía. En él se le ve con el semblante tapado con la mascarilla, a los dos menores y a la rehén, que viajaban atrás. «El que se portó mejor» Aparte de las joyas y el dinero, le hurtaron su móvil, un Iphone, y un valioso reloj. De nada le sirvió a Perla suplicar que le devolviesen su teléfono por el hecho de que guardaba fotografías de su hermana Sonia, fallecida unos años atrás. Sí halló su vehículo, un par de semanas después, en la calle Calatrava de Urbe Real aparcado en zona azul y con treinta multas. Perla recuerda ahora que en el juicio Vítor negó su participación, «pero lo identifiqué. Era el que conducía y el que mejor se portó conmigo». Condenado a 7 años y medio de cárcel por estos hechos en el mes de octubre del año pasado, Vítor no ingresó en la prisión y en el mes de mayo se dictaminó su busca y atrapa. Conocido por las fuerzas y cuerpos de seguridad, la Policía Nacional proseguía la pista de un joven peligroso y resbaladizo, con abundantes delitos contra el patrimonio, que abandonó su localidad, Puertollano, a causa de la sentencia. Asimismo tenía 3 requisitorias judiciales de detención y personación frente a la autoridad judicial emitidas por juzgados de Urbe Real, Puertollano y Montoro por delitos de hurto con violencia e intimidación, receptación de objetos sustraídos y contra la seguridad vial. La detención Los agentes de la comisaría de Puertollano tuvieron perseverancia de que recientemente se ocultaba en distintos domicilios de familiares que viven en el distrito del Pino y Las Mercedes , por lo que se montó un complejo dispositivo de vigilancia y prudente seguimiento. Se decidió detenerlo el jueves diecisiete de noviembre, mas no se pudo realizar pues abundantes familiares y amigos de Vítor lo impidieron. Se pusieron por el medio, lanzaron todo género de objetos a los agentes y el joven criminal pudo descabullirse y meterse en su domicilio. Los policías no pudieron pasar de la puerta pues no tenían una orden de entrada y registro, con lo que debieron aguardar una mejor ocasión. La ocasión se presentó al día después. Vítor salió de su escondite en Puertollano y se dirigió en turismo hasta la vecina localidad de Argamasilla de Calatrava, a unos diez quilómetros. Los policías de paisano que lo proseguían aguardaron el instante oportuno para detenerlo. Fue a mediodía en un súper al que Vítor había encontrado con su novia. No se lo aguardaba, no tenía por dónde salir y no se resistió. «Pensaba que me iban a estrangular» «Aunque sé que estaba escapado, no estaba intranquila», cuenta Perla, que ha continuado con su vida pese al traumático episodio vivido la mañana del tres de agosto de dos mil veinte. «Esa parte procuré que no me perjudicara emotivamente, tampoco voy a permitirlo», asevera la joyera, que asimismo es mediadora familiar, algo que piensa que le vino bien en el rapto -«Durante todo el rapto no solté una lágrima», recuerda- y le ayuda asimismo ahora. En lo económico, no pudo recobrar nada de los diecisiete.000 euros en metálico y su empresa de seguros solo le restituyó parte del valor de las joyas. En lo que se refiere a su turismo, lo usó 3 meses más, mas debió adquirir otro por el hecho de que había una escena que a Perla se le repetía: «Cada vez que subía al vehículo, creía que me iban a estrangular».

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